Siguiendo la estela del post 04. Uno de mis favoritos, esta semana vuelvo con una recomendación musical. Un disco que bien merece unas cuantas escuchas.
El maestro Hiromitsu Agatsuma está considerado uno de los mejores intérpretes de Tsugaru Shamisen. Grabó su primer disco en 2001 y hasta la fecha ha publicado un total de diecisiete.
Nutrad es su decimoquinto álbum de estudio y se lanzó en 2018. Hoy te daré a conocer sus bondades y sus canciones más destacadas.
El motivo por el que he elegido este disco es porque es uno de los más frescos, accesibles e interesantes para un iniciado al sonido del shamisen. Ahí va el set list:
01. Akatsuki
02. Beams (Nutrad)
03. Mogamigawa
04. Cross Over
05. Solitude (Trio)
06. いいあんべえ(ii anbee)
07. One to One
08. 時の旅人(toki no tabibito)
09. Zipangu
10. Jonkara (kyu bushi)
Cómo su nombre indica, Nutrad, es un disco transgresor pero a su vez tradicional y respetuoso con el Shamisen. Una constante mezcla de géneros, dónde predominan las bases eléctronicas con pinceladas de Jazz y Folclore japonés.
El disco empieza por todo lo alto con Akatsuki, una de las canciones más potentes. A los pocos segundos, ya podemos intuir por donde van a ir los tiros. La base electrónica va creciendo y dando color al tema para acabar uniéndose al sonido del potentísimo Tsugaru Shamisen eléctrico. Me atrevería a decir que añadieron distorsión en algunos fraseos y la verdad es que le sientan estupendamente.
Este estilo electrónico y distorsionado del shamisen continúa con el clásico Beams, reinterpretación de una de sus canciones más populares. Personalmente, me quedo con esta versión. Los arreglos son más elegantes y contundentes, factores que consiguen mejorar la pieza original. Si no fuese por que es una reversion de uno de sus clásicos, te diria que es la mejor del disco.
Mogamigawa es una versión de un clásico del folclore japonés, Mogamigawa Funauta, pieza tradicional arraigada a la prefectura de Miyagi. Lo más destacable de esta canción es la hipnótica y resonante voz de Saya Asakura, una delicia para los oídos. Cómo curiosidad, en la parte final del tema, puedes oír la voz del mísmisimo Agatsuma san cantando una parte de la letra.
Cross Over es quizá el punto más flojo del disco. Abusa de los efectos electrónicos e impregna el shamisen de algunos de ellos que no me terminan de convencer.
Al igual que pasaba con Beams, Solitude: trio, es otro de sus clásicos reinterpretados para este disco. Es una de las canciones más bonitas de la discografia de Hiromitsu Agatsuma. La delicadeza y efectividad de sus notas siempre me han transmitido mucha nostalgia y paz. Esta vez, acompañadas por unas dulces notas de piano y suave percusión que refuerzan al meloso Tsugaru Shamisen. Imprescindible.
いいあんべえ(ii ambee) es una versión de la popular banda japonesa The Boom. Lo curioso de este grupo es que son originarios de Okinawa y en esta versión, el Sanshin, precursor del shamisen y originario de la exótica isla, tiene un gran protagonismo. Lo acompañan la voz del vocalista de The boom y los característicos coros de la canción original. El shamisen tiene un papel más secundario pero es muy interesante oir el duelo con el sanshin, al inicio y a la mitad del tema, para ver claramente sus diferencias.
En One To One nos encontramos con una pieza más habitual en la discografia de Hiromitsu Agatsuma. Shamisen con Percusión de bongos y cajón, una combinación que nunca falla. Las virtudes del Tsugaru Shamisen se ven claramente plasmadas en su variedad de registros y fraseos. Una canción con mucho flow y sin duda una de mis favoritas.
時の旅人 Jazzy (Toki no tabibito) es otro éxito de sus inicios, reinterpretado en clave de Jazz. En la canción original, shakuhachi y taiko eran protagonistas, esta vez, lo son el piano y la percusión. Ambas versiones son muy buenas, pero quizá me quedaría con esta por el soleo del final. Agatsuma ha ido perfeccionando su estilo con los años y en esta canción lo demuestra con creces.
Se acerca el final y llega otra de las importantes. Zipangu es la canción más redonda del disco. Creo que en esta canción consiguió plasmar a la perfección la música electrónica actual con el sonido del shamisen. Una canción pop, motivadora, fresca y con mucha pegada. Dale al play y disfruta.
La estabas esperando y no podía faltar. El disco lo cierra JONKARA, o lo que es lo mismo, Tsugaru Jongara Bushi en su composición más antigua y original, conocida cómo Kyubushi. Si por algo nombro a Hiromitsu Agatsuma cómo maestro es porque interpreta cómo nadie las canciones tradicionales de Tsugaru Shamisen. Una inspiración constante para seguir mejorando con el shamisen.